La base de un instrumento de medición, como es el caso de un luxómetro, se basa en la utilización de un sistema que sea capaz de medir, en forma apropiada, la intensidad de luz que llega al elemento utilizado como detector.
Una de las propiedades importantes que debe tener el mencionado instrumento es que sea sensible a todas las longitudes de onda por igual. Recordemos que el ojo humano es más sensible a los 550nm (color verde) por lo tanto, nuestra visión no sería un buen elemento de contralor para definir si existe mayor luminosidad en un determinado espacio. Es decir, puede existir una fuente luminosa muy importante y hasta peligrosa sin que nos percatemos de ello.
En este artículo trabajaremos con un TSL230R; un dispositivo que convierte la cantidad de luz recibida en una frecuencia “proporcional” y que constituye la plataforma de cualquier instrumento de medición de iluminación.